domingo, 1 de junio de 2008

La oportunidad


Quizás les ha pasado, estás por terminar una relación, aún estás indecisa, pero estás dolida y dispuesta a terminar y luego empezar el largo y perro proceso de olvido, y llega la frase mágica del galán, media centroamericana, media mamona, media barsa, pero siempre efectiva: ¡dame otra oportunidad! (silencio mode on), y ahí se te pasa la vida por la cabeza, será bueno?, cambiará por mí?, volverá a cometer los mismos errores?, pero todos nos equivocamos o no?, es que lo quiero tanto...

¿Es bueno dar más oportunidades?, ¿A alguien le resultó alguna vez?.

domingo, 9 de marzo de 2008

La suegra

Las suegras son todos unos personajes, en realidad nunca he tenido una mala experiencia, humildad aparte, todas me han adorado y yo a ellas, pero siempre hay episodios chistosos-incómodos-complejos dignos de mencionar que dividen a las suegras en diferentes categorías.

A.- Suegra "buena onda": ella lo único que quiere es la felicidad y tranquilidad de su hijo, así que si él te eligió, ella trata de mantener un trato armónico, cordial y amoroso con una, son estas suegras las que nosotras queremos.

B.- Suegra "protagonista": acá la cosa se empieza a complejizar, la suegra quiere saber todo, quiere opinar de todo y cree que su opinión es tanto o más válida que la de tu novio o la tuya, ¡ERROR! si conoce alguna de esta especie mejor replantearse la relación con su novio, en caso de que este sea mamón como el 95% de los chilenos, siempre su mamá tendrá la razón y hará lo que ella diga sin chistar, generalmente son madres enamoradas de sus hijos que no quieren ninguna bruja cerca, un cacho hay que decirlo.

C.- Suegra "exigente": cuando te presentan en sociedad, esta suegra te examina de pies a cabeza, te lanza una mirada irónica y te saluda con desdén, luego te pregunta de todo, con lujo de detalles y finalmente empiezan las indirectas, comparaciones con la ex, comentarios al hijo acerca de que "debería buscarse algo mejor" y un largo etc.

Un saludo a la tía si lee esto.

sábado, 19 de enero de 2008

El pololeo


Para las minas siempre es importante el momento en que nuestro macho alfa (si andamos con suerte puede ser un M.A.C.H.O.T.E), nos pide pololeo, decide formalizar una bella relación e inmortalizar un momento agradable, nos gustan los símbolos, nos gustan los gestos románticos, a fin de cuentas nos gustan los hombres que son capaces de salir de su papel de cromagnones proveedores y regalan una flor, cute.

Puede incluso ser molesto cuando un nene de un día para otro asume que estás pololeando con él, así no más, sin petición, sin incertidumbre, sin riesgo ni sorpresa, todo mal.

Debo admitir que he tenido suerte con mis novios, todos han sido originales y jugados, sobre todo el último pero ya le he dicho demasiadas veces que fue romántico y tiene un ego del porte de una catedral así que lo vamos a dejar ahí no más.

Viajes sorpresivos desde Viña a Santiago sólo para hacer la milagrosa pregunta (a los 15 te mueres con eso), arrodillás en plena calle, tomás en brazo tipo novia, y frená de auto en cierta calle concurrida con flores y todo, muy nice. Pero siempre hay excepciones y no falta el pastel fome y rutinario, asco.

Opinen y compartan experiencias, muero por copuchentear.